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Nestlé

from Fundaci​ó​n Robo by Robo

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about

Guitarra y voz: David Ripoll 'Koldo'
Guitarra y voz: Javier Marzal
Bajo y voz: Miguel López Breñas
Batería y voz: Paula Fernández
Voz y máquinas: Raúl Querido

Grabado en 2014 en los estudios DGR Sónica.
Grabación, mezcla y masterización de Ramón Moreira. Producido por Ramón Moreira y El Pardo.
Música de El Pardo, letra de Raúl Querido.

vaciador34.net

lyrics

Vaciador 34 es un proyecto necesariamente pequeño en su concepción. Hemos dudado al elegir la palabra: pequeño, acotado, modesto... ninguna termina de encajar.

Vaciador puede ser inmenso en su impacto. De hecho lo es: inmensa es su capacidad de transformación sobre quienes pasamos por allí, por el espacio, permanecemos el tiempo suficiente y colaboramos en alguna medida con las personas que lo piensan y lo hacen.

El espacio es lo primero que se conoce. Acudir a alguna de las actividades culturales, festivas, comunitarias, que se organizan allí.

Hay quien sube por las escaleras o sale del montacargas y dice cosas como "parece Brooklyn", o Berlín. Pero no, no es una película, es Oporto, Carabanchel, un barrio popular y lo suficientemente poco pepero y alejado del centro como para que el Ayuntamiento facha de Madrid dejase de limpiarlo radicalmente durante legislaturas enteras.

Vaciador 34 es desde luego un proyecto práctico de recuperación de un espacio, de uso de ese espacio para la convivencia, el arte, la difusión de la cultura, la reflexión y acción política, el ocio, el baile; para encontrarnos, conocernos y querernos las personas.

También es el germen o punto de encuentro de una familia que rompe con los modelos impuestos, normalmente no cuestionados y sí amortizados. Una familia que es emocionante estar cerca de ella, sentirla parte y referencia ya de la vida propia.

Una vez conocido lo que hacen ya no hay manera de desconocerlo u olvidarlo. Por eso, su capacidad de transformación es inmensa. Queda.

Ojalá el espacio y el proyecto como tal dure sin final a la vista. Pero aunque ocurriese un parón o un cambio sustantivo, la huella de lo que es y ha sido quedaría; sin duda en las personas del colectivo, pero también en quienes estamos cerca, en nuestras ideas, objetivos, procesos y afectos.

Empeños así no son pequeños, sino que no aspiran –creo– a ser tan inmensos que no pueda calcularse su dimensión verdadera, que el crecimiento acabe siendo el único fin porque ya no quede más medida para lo que se hace que el siguiente factor en suma o el producto numérico de la misma. O sea, que en Vaciador 34 se resiste frente a las llamadas "lógicas del mercado", lo cual no quiere decir que se viva de espaldas a los números porque, en comunidad y hoy, eso es imposible. La cuestión entonces es qué decisiones se toman a partir o frente a esas "lógicas" no del todo evitables. ¿Se asumen como propias y uno se llena con y de ellas? ¿Se tratan de asimilar con la esperanza de cambiarlas desde dentro? ¿Se resiste al margen, se lucha y se propone algo distinto? ¿Y se hace en soledad o en compañía?

Hay una tendencia a poetizar acerca de modelos de vida alternativos, a pensar en cómo se viviría, pero solo en la parte de ellos que hemos visto. Quienes no hemos habitado en los ámbitos no tan visibles de todo ello creo que debemos cuidarnos y no hacer como si no existieran. Es una obviedad, pero sin calefacción se pasa frío en invierno. Si es tan obvio será más fácil que no lo olvidemos, y actuemos en consecuencia.

Resulta que la construcción en los márgenes es una actividad precaria en aproximadamente diez de cada diez casos. Diría que no tanto por decisión propia como por imposición social, porque al capitalismo neoliberal le gustó lo de presentarse y actuar violentamente, como un modelo inevitable.

Así que se decide hacer algo al margen y distinto, y el postcapitalismo este te impone la precariedad. Vivir okupando es más político que romántico, y es precario, aunque suponga dar uso y vida a un espacio abandonado y muchas veces condenado a la ruina. Negociar un alquiler justo, mantener un espacio autogestionado, una programación cultural fuera del circuito comercial y del centro gentrificado de la gran ciudad, es precario, aunque sin lugares así habría muchas voces que nunca se podrían poner en común y, además de las voces, juntar los cuerpos. Funcionar alrededor del precio libre es precario, aunque sea una de las iniciativas más importantes en nuestra construcción como seres completos, autónomos y conscientes, como personas y no como "consumidores”.

Cada uno de esos "aunques" es a la vez un porqué: precisamente porque se aprovecha lo que el ritmo mercantil actual condena, se escapa de sus reglas, se hace la revolución y se descubre que podemos ser radicales a la vez que nos cuidamos mutuamente, por todo eso, la amenaza de la precariedad acecha.

Al entrar al espacio, en el segundo piso de la calle Matilde Hernández número treinta y cuatro, hay un cartel que dice que "Vaciador no se gana, pero se goza".

El disco que presentaremos el 18 de diciembre, en Vaciador 34, no se entendería del todo sin la experiencia allí del grupo y de las personas que lo formamos. Hemos dado muchas vueltas sobre unas mismas canciones y los motivos de las mismas. Al final las canciones, letra y música, si hay suerte hablan por sí mismas.

En vivo es otra cosa, en vivo hay que tomarse la molestia de acudir, hay que decidir si se paga o no por entrar, si se está en primera fila o más atrás, si se bebe agua del grifo, alcohol, si se consume algo o nada, si se disfruta –si es que se disfruta– más individualmente o como parte del grupo. Lo que idealmente querríamos lograr como la parte del concierto que está tocando las canciones sólo es posible plenamente en Vaciador, donde el escenario no existe o es todo; Vaciador es un espacio seguro, es un espacio político, es un espacio festivo, es un espacio feminista, donde las normas que hay son distintas a un bar, a un festival o a un teatro de esos patrocinados por alguna marca.

¿Cuáles son esas normas, de la convivencia entre las personas, la puesta en común, el compartir, resistir, crecer, salvarse todas... todo eso que, creo yo, es la auténtica victoria?

Pues no sé. ¿Ganar? ¿Gozar? Supongo que no (os) queda otra que ir, venir, y comprobarlo.

EL PARDO


Normalmente no se dejan ver, normalmente no se dejan ver.
Aunque deciden sobre nosotros.
Normalmente no se dejan ver, normalmente no se dejan ver.
Aunque tienen el dinero, tienen el poder.
Y deciden sobre nosotros.
De vez en cuando se dejan ver, salen por televisión.
Nos quedamos mirando, señalando con el dedo y decimos:
"Yo no podría ser como ellos,
yo no podría ser como ellos,
yo no podría ser como ellos,
yo no podría…”.
La superioridad moral, de qué poco nos sirve.
Qué débiles nos vuelve.
Yo también lo he dicho a veces, yo no podría ser como ellos.
Ellos no pueden dormir por la noche.
Ellos no pueden dormir por la noche.
Tal vez vosotros no podáis ser como ellos.
Yo lo he pensado mejor y creo que sí que podría.
Si tuviese el dinero, si tuviese el poder.
Si me hubiesen educado para serlo.
Si tuviese apellidos compuestos.
Yo tengo el micrófono ahora.
Ahora yo decido.
Decido lo que va a pasar, con vosotros y conmigo.
Yo decido ser uno de ellos ahora mismo.
Ser uno del uno por ciento.
Ser uno del uno por ciento.
Y tenéis razón, no voy a poder dormir luego.
Pero no será la conciencia dando golpes, no.
Será que habré echado cuentas.
Habré echado cuentas de lo que me falta.
Me falta poco, pero me falta algo.
Ese algo que tu llevas encima tiene que ser mío.
Ese algo, ese poco, tiene que ser mío.
Tiene que ser mío ya.
Yo lo quiero, yo lo quiero.
Yo lo quiero.
¡Lo necesito!

Todavía no tengo
todo el dinero del mundo.
Todavía no tengo
todo el dinero del mundo.

Todavía no tengo
todo el dinero del mundo.
Todavía no tengo
todo el dinero.
Todo el dinero del mundo.

Y no puedo dormir por la noche.
No puedo dormir por la noche.
No puedo dormir por la noche.
No puedo.

Aún quedan ríos sin precio.
Gente que sonreís gratis.
Yo no lo he mandado, no lo tengo presupuestado.
¡Se va a acabar ya tanta libertad!
Vais a hacer lo que yo diga siempre.
Tengo gente que os va a obligar.
Yo nunca me mancho las manos.
Yo nunca me mancho las manos.
Las necesito.
Para contar lo que me falta, con una mano me basta.
Me faltan cinco.
Me faltan cuatro.
Me faltan tres.
Me faltan dos
Me falta uno.
¡Es solo uno! ¡Es el uno que tú llevas encima!
¡Yo lo quiero, yo lo quiero!
¡Lo quiero!
¡Lo necesito!

Todavía no tengo
todo el dinero del mundo.
Todavía no tengo
todo el dinero del mundo.

Todavía no tengo
todo el dinero del mundo.
Todavía no tengo
todo el dinero.
Todo el dinero del mundo.

credits

from Fundaci​ó​n Robo, released June 17, 2013

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Robo

Proyecto musical colectivo que trabaja alrededor de la canción populista desde mayo de 2011.

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